miércoles, 7 de noviembre de 2012

Capítulos 14 y 15 (el 14 era corto)

-¿Cómo llevas el examen de mañana? ¿Quieres que repasemos?-se ofrece Daniela, terminando de ponerse su pijama y metiéndose en la cama.
-No hace falta, gracias.-contesto, metida en la cama con los dedos en la boca. Qué vicio tengo a morderme las uñas, madre mía.
-Como quieras... quería hablar de una cosa contigo.
-Dime.
-¿Tienes algo con Chris?-la pregunta me pone un poco nerviosa, aunque no debería... creo.
-Qué dices, no. ¿Por?
-No, por nada.
-Daniela.-pongo los ojos en blanco.
-¿Qué?
-Que me lo digas.
-¿Te gusta?
-Llevo una semana aquí, no me ha dado tiempo a fijarme en nadie, por si no te has dado cuenta. Además, es un imbécil.
-Pues te he visto muy suelta hablando con él.-deja caer, y yo pongo los ojos en blanco.
-Bueno, ¿quieres decirme lo que me tenías que decir?
-No es nada importante. Simplemente hoy nos hemos visto.
-Ah. ¿Y?
-A solas.

Y me choca. Claro que me choca. Llevamos aquí una semana y Daniela ya se ha enrollado con un chico. Y encima él me “acosaba”.
Sin decir nada más Daniela se mete en la cama, se tumba de lado de cara a mí y se tapa con la colcha hasta el cuello.

-Buenas noches, Sam.-me dice, antes de cerrar los ojos y parecer aún más guapa de lo que es.
-Buenas noches a ti también.

Cuando Daniela parece haberse sumido en su primera pompa nocturna cierro el libro de Biología, apago la luz y me quedo mirando al techo.
Aún sigo rayada por cómo me ha hablado Chris hoy. Así, de repente... empieza a confiarme cosas como si hasta hace unos días no se hubiese dedicado a insultarme.
Es todo muy extraño, aunque no sé por qué me lo sigo planteando. ¿No era lo que quería? Quería que Chris pasase de mí o que, en todo caso,  nos llevásemos bien, ¿por qué le sigo dando tantas vueltas?
Y ahora Daniela me salta con que ya han tenido un contacto íntimo. Genial. Simplemente genial. Y no sé por qué leches me tengo que comer la cabeza por este tema, si a mí ni me va ni me viene.
Si Daniela quiere estar con ese tío que se divierte haciéndoles la vida imposible a los nuevos alumnos, allá ella con su vida. Pero a mí que me dejen en paz.
Y me acuerdo de Elliot, que me ha confesado que no soporta a Chris. Aunque se ha justificado con que a mí él no me trata (o trataba) bien. Y no me parece motivo suficiente, pues apenas me conoce.
Estoy segura de que hay algo detrás de todo esto.
Pero una vez más me doy cuenta de que me estoy metiendo donde no me llaman y donde, posiblemente, nunca me llamarán.

-x-

-Como no os calléis os ganáis un apercibimiento colectivo. A ver si tenemos un poco de respeto por las dos alumnas nuevas, que tienen que hacer hoy el examen.

La voz del profesor retumba en el laboratorio de Biología y todo el mundo acaba callándose por miedo a manchar su espectacular expediente académico. Claro, todos menos Chris, que sigue hablando.
El profesor se queda mirándolo, con los exámenes aún en la mano y yo me giro para mirar a Chris.

-Christhian Williams, ¿quiere hacer el favor de callarse?-Chris para de hablar un segundo.-Sus compañeras van a hacer un examen.

Él se encoge de hombros, me mira.

-¿Y a mi qué me importa?-¿y a este qué cojones le pasa ahora?
-Pues que te calles.-responde Daniela, clavándole los ojos.

Chris mira a Daniela y en vez de contestarle como él bien sabe, sonríe y se calla finalmente.
Cuando estoy a punto de enfadarme sin sentido alguno, Elliot me llama la atención.
Está sentado casi al final de la clase al lado de Andreas.
Me saluda y, gesticulando, me desea suerte en el examen. Yo le sonrío, pero otra mirada se fija sobre mí.
Chris me observa, entre serio y furioso.
Me encojo de hombros, mirándole para que me diese algún tipo de explicación. Pero me aparta la mirada, se centra en un papel sobre el que dibujaba y se olvida de mi presencia.

-x-

-¿Qué tal te salió?-pregunto a Dani cuando estamos en el descanso de mediodía.
-No demasiado mal.
-Sí vaya, que has sacado un uno (sobresaliente en Alemania) como mínimo.-ella se ríe.
-¿Y a ti?
-Tampoco demasiado mal, aunque yo me tendré que conformar con un cuatro o un tres, como mucho.

Daniela le da un mordisco a una palmera de chocolate y se dedica a observar el patio del internado, viendo como algunos chicos aprovechan para jugar al fútbol.
A lo lejos veo a Elliot sentado en las gradas de la pista de fútbol al lado de Andreas. Parecen inseparables, pero nunca les veo hablando.
Entonces él me ve y me saluda con la mano, sonriente. Yo hago un movimiento de cabeza, para que lo interprete como otro saludo.
El resto del día pasó muy aburrido, sin nada que merezca la pena contar. Daniela y yo vamos andando por los pasillos hasta que me dice:

-Hoy saldremos, ¿no?
-¿A dónde?
-¿Ya has olvidado que podemos salir por las tardes en fines de semana?
-Pero si apenas conocemos a nadie, Dani...
-¿Y qué?
-Pues yo qué sé, preferiría salir con bastante gente que sólo con una persona.
-Qué dependiente eres, madre mía.-pone los ojos en blanco y yo resoplo.-Además, yo sí conozco a gente.
-Pues bueno, y qué quieres... vete tú.
-Pues igual me voy. Porque para estar aquí aburrida...

Pongo los ojos en blanco y me doy la vuelta, dándole la espalda.

-Me voy a mi habitación.
-Nuestra -replica Daniela.-Ya han acabado las clases, ¿de verdad no piensas salir a ninguna parte?
-Que no. No seas pesada, Daniela.

Echo a andar, dejando a mi hermana sola en mitad del pasillo.
Hoy ha sido un día bastante aburrido y nos han puesto un montonazo de deberes.
Francés, Historia y Matemáticas.
Odio las inecuaciones, son un puto lío. No me he enterado de nada y paso de pedirle ayuda a Daniela.
Por los pasillos hay algunas chicas a medio vestir, pidiéndose consejos desde una habitación a otra sobre qué ponerse para salir.
Cuando estoy a punto de entrar a mi habitación, alguien me toca el hombro.

Doy un respingo y me doy la vuelta rápidamente, econtrándome con uno de mis mayores miedos.

-Hace tiempo que no te veo.-Cristal me mira con los ojos algo entrecerrados.-Por no decir que ya ni me hablas.
-Perdona -es lo primero que consigo decir.-He estado ocupada con el examen de Geología.

Me excuso y entro en mi habitación, cerciorándome de que Cristal también lo haría.
Ella cierra la puerta y yo me siento en mi cama.

-¿He hecho algo para que me evites? Porque si es así... perdona.
-No has hecho nada, es sólo que he estado un poco dispersa...
-Mientes fatal.

No digo nada y agacho la cabeza. La verdad es que nunca he sido demasiado buena en eso de mentir.
Cristal se acerca y se sienta a mi lado.

-No me lo digas, te han estado contando cosas de mí, ¿a que sí?.-adivina.
-No tiene nada que ver -qué mentirosa eres Sam.
-Pero ¿te han dicho algo?
-Sí... bueno, más o menos.
-¿El qué?-me pregunta y yo la miro.
-Me da cosa preguntarte algo así. En realidad, no tengo por qué meterme en tu vida.
-Sam, escúpelo.-pone los ojos en blanco.
-¿Eres... lesbiana?

Ella se me queda mirando y, tras unos segundos de incomodidad incluso masticable, estalla a reír.
He de decir que me siento muy rara. He pasado de no ver sonreír a Cristal casi nunca a verla muerta de risa..
Cuando termina de mofarse me mira, sonriendo.

-No, no soy lesbiana, Sam.
-Oh... vale...
-Soy bisexual.

Al ver que no digo nada, ella continúa.

-Es decir, me gustan los chicos, pero también las chicas.-aclara.
-Ya, ya... sé lo que es bisexual.
-¿Por eso me evitabas?
-No te estaba evitando.
-Sabes que sí. Y, Sam... ¿de verdad te importa tanto lo que diga la gente? ¿No puedes pensar que soy tu amiga y que te caigo bien?
-Si lo pienso, pero...
-¿Qué te dijeron exactamente?
-Que te vieron besando a una chica.
-Pf. Nada que no haya oído antes. Qué poco originales son.
-¿Es verdad?
-Sí.-no digo nada.-¿Te parece mal?
-¿A mí? No, claro que no. Puedes hacer lo que quieras.-ella sonríe.
-Eso es justo lo que hago. Y si lo que te preocupa es que pueda llegar a enamorarme de ti, tranquila, sé cuándo abandonar. Y tu eres hetero así que... no me gusta complicarme la vida.
-No me preocupaba eso -digo, notando como las mejillas se me encienden.- en realidad, no me preocupaba nada. Es sólo que me comieron la cabeza...
-Sam, ¿puedo hacerte una pregunta?-yo asiento.-Si no quieres, no tienes por qué contestarla.
-Di.
-Tú... nunca has tenido novio, ¿verdad?
-Bueno, no...
-Entonces, tampoco...
-Soy virgen, si te refieres a eso.
-Eso me lo imaginaba.-sonríe.-Me refería a que si alguna vez has besado a alguien.

Está bien. Me estoy empezando a poner un poco nerviosa y las mejillas se me acaban de volver rojas.
Cristal sonríe aún más, tomando este gesto como respuesta.

-No tienes de qué avergonzarte.
-Es patético. Tengo quince años y aún no besé a nadie.
-No es patético. Eres reservada.
-Es patético, Cristal. Sé honesta.
-Es raro, eso es todo. Pero hay mucha gente que aún no ha besado a nadie.
-Eso no me hace sentir mejor. Parece que estoy en una especie de grupo de gente rarita.
-Oye, mira... sé que prefieres que sea un chico el que te dé tu primer beso, pero... si quieres, yo estoy aquí.

La miro con los ojos como platos, intentando buscar una forma sutil de decirle que quiero seguir con la idea de que sea un chico el que me bese.

-Era broma, tranquila.-Cristal empieza a descojonarse.-No sabes la cara de susto que has puesto.
-Eres tonta -le espeto, pegándole con la almohada.
-¿Vienes esta noche?
-No creo...
-Anda, venga... vamos Tom, Bill, Chris, dos chicos más que se llaman Georg y Gustav y yo.
-Bueno, no sé... debería decírselo a Daniela.
-¿Para qué? ¿Para pedirle permiso o para que ella también se venga?
-Yo no le tengo que pedir permiso.
-Pero es lo que ella quiere que pienses. Que dependes de ella para todo.-no contesto.-Bueno, ¿entonces vienes o no?
-Vale. ¿A qué hora?
-A las cinco en la puerta principal. Iremos a cenar, y luego a un bar hasta que llegue el toque de queda..
-Está bien. ¿Qué te vas a poner?
-No sé, algo sencillo, tampoco voy a ir hecha un pincel. Camiseta, pitillos y zapatos.
-Yo no sé qué ponerme...
-¿Dónde está tu ropa?
-En la parte derecha del armario.

Cristal se levanta, se acerca al armario y comienza a rebuscar entre mis prendas.
Abre cajones, rebusca y los cierra.

-Creo que ya sé qué te vas a poner.

-x-



-A ver, mírame un segundo.

Yo le obedezco sentada sobre la cama, con la boca entreabierta. Cristal, con manos mágicas, pasa el pintalabios rojo por mis labios.
Ella entrecierra los ojos y se concentra en no salirse del contorno, pero hay veces en las que ha tenido que recurrir a una toallita húmeda para arreglarlo. Mis labios no es que sean demasiado gruesos.
Entonces ella sonríe y me mira.

-Perfecto.-dice.
-No mientas.

Ella pone los ojos en blanco y con un movimiento de cabeza me señala el baño.

-Ve a mirarte.

Me levanto y en unos siete pasos llego al baño.
Allí hay un espejo de cuerpo entero en el que me atrevo a mirarme.
Me observo de arriba a abajo, con una mueca de disgusto.
Llevo unos pitillos lisos y negros. No me gustan demasiado porque parece resaltar la delgadez de mis piernas.
Converse rojas. No tenía demasiadas ganas de ponerme unos tacones, qué quieres que te diga...
Arriba tengo puesto un jersey rojo sangre que deja los hombros al descubierto, con una camiseta clásica negra de tiras.
Y bueno... la cara. Mi cara no ha mejorado demasiado, pero digamos que está así como distinta, ya que nunca me ha dado por pintarme demasiado.
Cristal ha traído todo su maquillaje a mi habitación. Me ha echado sombra de ojos, eyeliner, rimmel y miles de potingues más que no sabía ni que existían. Los labios muy rojos y, además, me ha echado base en la cara.

-¿Qué tal?-me pregunta, apoyándose en el marco de la puerta.
-Estoy muy rara...

En realidad lo que realmente pienso es en la envidia que le tengo ahora mismo a Cristal.
Ella es guapa de por sí, pero arreglada de esta manera... me ha dejado por los suelos.
Al final se ha decidido por un vestido muy corto y ancho negro, se ha puesto medias de rejilla y en los pies converse.
Se ha dejado el pelo totalmente liso y va muy maquillada. Sus ojos azules resaltan más que nunca por la oscuridad que los rodea, y sus labios también están pintados de rojo.

-Yo pienso que estás muy guapa.-opina.
-No podré estar guapa al lado tuya -me quejo, sonriéndole.

Cristal tuerce una especie de media sonrisa y, entonces, la puerta de la habitación se abre.
Daniela entra en la estancia y se nos queda mirando.

-¿Se puede saber qué es lo que pasa aquí? ¿Dónde vas así vestida?-me espeta mi hermana, apartando a Cristal y entrando en el baño. Coge el borde de mi jersey, lo inspecciona y lo suelta de una manera desagradable. Y luego me mira a la cara con una mueca de asco.
-Me voy con mis amigos.-contesto.
-¿Con esas pintas? ¿Qué pasa, que ahora las mellizas sois tú y esta?
-Se llama Cristal, Daniela.
-Me importa muy poco. La cuestión es que si ibas a salir me podrías haber avisado, que para algo soy tu hermana.
-Ella tiene quince años y no tiene porqué pedir el permiso de la reina, ¿no crees?

Daniela mira a Cristal. Le echa una mirada de asco reprimido que pocas veces había visto.
Cristal le aguanta la mirada, con una media sonrisa suficiente.

-¿Qué?-dice Cristal sin dejar de mirarla.-¿No contestas?
-Es mi hermana, no la tuya. Ella no es nada tuyo. En realidad no pintas nada aquí.-escupe Daniela.
-Pues a mí me parece que sí. Conmigo al menos Sam no se reprime. Siempre tiene que estar a la sombra de la genial Daniela y no tiene por qué aguantarlo.
-Sólo dices gilipolleces. Lárgate.
-Ella no se va.-salto yo entonces.-Por lo menos, no sola. Yo me voy con ella.

Daniela se vuelve hacia mí, con la boca abierta.

-¿Cómo dices?
-Estoy harta de que mandes sobre mí, Dani. Estoy harta.
-Pues lárgate. Lárgate, que yo también me iré por mi lado. Es así como lo quieres, ¿no?-me dice ella, rabiosa.
-No. No quiero eso. Quiero que me trates como ella me trata. No creo que sea tan difícil de hacer.
-Te ha lavado el cerebro. Es increíble.
-No, ella no me ha lavado el cerebro. Tú casi haces que me deje de hablar con ella llamándola lesbiana e intentando que pensara como... una subnormal. Casi me haces ser una persona cerrada de mente.
-Estupendo. ¿Ahora tú también eres bollera o qué?
-Vete a la mierda, Daniela...

Paso por su lado, sin ni siquiera rozarla y salgo al pasillo.

Narra Cristal

-¿Quién te crees que eres para llegar aquí y apoderarte de mi hermana?-me espeta Daniela en cuanto Sam sale de la habitación.
-Yo no la he cambiado. Ella ha sido así siempre, así que yo me iba planteando el tiempo que la has estado reprimiendo. Ella no es como tú y menos aún es de tu propiedad.
-¡Yo no la he estado reprimiendo!
-Intentabas ponerla en mi contra.
-No debería juntarse con tortilleras.
-Daniela, esto no es una enfermedad que se contagie. Y si piensas así, la verdad... un psicólogo tampoco te iría mal.
-A un psicólogo deberías ir tú. Que estás loca, joder.-grita, fuera de sí.
-Daniela, a ver si te crees que por el hecho de que hayas intercambiado saliva con Chris tienes todo el derecho del mundo a hablarme como te dé la gana. A mí no me sueltes tonterías porque acabamos mal.
-Además de estar loca me amenazas. Y encima ¿te quedas mirando a las personas cuando se están liando?
-Todos tenemos ojos en la cara. No eres mi principal obsesión en esta vida. No eres el centro del mundo, Daniela. Deberías ir metiéndote eso en la cabeza.

Salgo del baño oyendo como Daniela me vuelve a llamar tortillera, bollera, lesbiana y enferma dos o tres veces más, a lo que yo respondo utilizando mi dedo corazón. Lo que ella no sabe es que a mí me importa muy poco lo que piense y lo que diga. Y debería saber que tiene que medir sus palabras, porque en el momento en el que no pueda más... echará de menos que pase de ella.


Continuará.
 


2 comentarios:

  1. Hallo nena,perdon si me atrase en el anterior capi,pero la verdada con la escuela casi no tengo tiempo
    Este cap me encanto ya quiero leer el proximo
    cuidate bye

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  2. O_O wow buenisimoooooo!!

    Bisexual????? O.o chanfle

    Waaaaaaaaaaaa que raro todo esto Y SOLO TIENEN 15 AÑOS pero bueno jejejejej

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