Capítulo 11

Pi,pipi, pi, pipi...
Resoplo y me doy la vuelta, tapándome hasta la cabeza con la colcha.
Un manotazo de Daniela apaga ese cacharro infernal y ruidoso, haciéndose el silencio.
Mi hermana suspira, se destapa y se sienta en la cama, como cada mañana que hay clase.

-Sam...-su llamada se ve interrumpida por un bostezo suyo.-Vamos, levanta el culo.
-No.
-Tenemos clase en una hora y hay que desayunar.
-¿Y?
-Bf, no empecemos como todas las mañanas, por favor.-no le contesto.-¿Me vas a contar qué es lo que pasó anoche en el comedor? Cuando volví a la habitación estabas ya dormida...

Frío y calor a la misma vez. Pánico por tener que volver a verle la cara después de todo y rabia y humillación por otra parte.
De repente, ya no tengo sueño.
Me froto los ojos y me quedo boca arriba tumbada en la cama, mirando al techo.

-¿Y bien?-me insiste Dani, mientras va descalza hacia el baño.
-Que me manché.-me encojo de hombros de una manera muy extraña al estar tumbada.
-Ahá... ¿y qué más?-maldita sea, como si pudiese escaquearme...

No le contesto y dedico los siguientes segundos a intentar ser persona y levantarme de la cama.
Me echo el pelo hacia atrás, apartándomelo de la cara e intento aclararme la vista todo lo posible.

-Saaaaaam -canturrea Daniela, llamándome la atención.
-No quiero hablar de ello.
-¿Tan jodido fue?-llega de nuevo a la estancia, colocándose el flequillo con la mano.

Me vuelvo a encoger de hombros y emprendo el camino hacia el baño, finalizando la conversación. Al menos, para mí ha acabado.

-Yo que tú me daría prisa. Tenemos sólo media hora para desayunar y como en 10 minutos no estés lista, me largo sin tí.
-Gracias, mujer.-pongo los ojos en blanco.

Tardo muy poco en adecentarme para parecer una persona normal.
Me lavo la cara y me suelto el pelo, que lo tenía recogido en una cola.
Coloco cada mechón en su sitio, me pinto los ojos y me vuelvo a mirar en el espejo.

-Ayer llamaron Lena y Erik mientras cenabas.-le cuento a Daniela cuando estoy de vuelta.
-¿Sí? ¿Y qué tal están?-pregunta mientras se pone la falda.
-Pss... bien.

Daniela no vuelve a hablar de ello, y me sorprende. Pero no tengo demasiadas ganas de entablar una conversación y menos de ese tema.Bastante llorera me dio ya anoche.
Suspiro y saco el uniforme del armario. Me comienzo a quitar el pijama y, en su lugar, me pongo el uniforme, tan feo como lo recordaba del día anterior.

-Las he visto más rápidas.-se impacienta Daniela.
-Joder, ni que estuvieras deseando ir a clase.
-Pues alomejor.
-A saber...

Me pongo los zapatos y ya estoy lista.

-¿Qué tenemos a primera hora?-Daniela se gira para mirar el horario, que sigue en la mesa.
-Inglés.
-Joder, qué asco.-si hubiera sido cualquier otra asignatura también habría dicho lo mismo.
-Vamos quejica.

Daniela se guarda la llave en un pequeño bolsillo con cremallera que tenemos en la falda y me empuja fuera de la habitación.
Cierra la puerta y echamos a andar por los pasillos, viendo caras que ayer no tuvimos la oportunidad de conocer.
La chica morena está en el mismo sitio, hablando con las mismas chicas.
Empujo a Daniela más rápidamente, antes de que se cosquen de nuestra presencia.

-Me vas a tirar, pava.-espeta mi hermana.

Sí, pero nos hemos salvado de otra pelea verbal.
Avanzamos por el hall del internado, en el que ahora hay muchísima gente.
Grupos de chicos hablando y riéndose estrepitosamente, chicas cotilleando y hasta un grupo mixto, más tranquilos y sonrientes.
De repente les tengo envidia.

-Buenos días, Sam.

La voz de Cristal me sobresalta y me doy la vuelta con una media sonrisa, aunque con una mano en el pecho por el susto.

-Buenos días.-respondo. Luego se dirige a Daniela.
-Hola.
-Buenas.-contesta mi hermana, sin ni siquiera mirarla.
-¿Habéis desayunado ya?
-Qué va, aún no.
-¿Venís con nosotros?
-Pues...
-¿Quién viene con nosotros?

El estómago se me revuelve instantáneamente al oír su voz. Chris está de pie junto a Cristal, mirando a Daniela.
No me había fijado en lo impresionantemente alto que es. Debe medir más de 1'90.
Cristal le ignora y se dirige a mi hermana y a mí

-¿Entonces?-insiste.
-S-Supongo...-respondo yo, ya que Daniela no parece tener la intención de contestar..
-¿Cómo te llamas?-la pregunta irrumpe en la conversación. Va dirigida a Daniela, cómo no.
-Daniela.-contesta ella.-Puedes llamarme Dann.

Chris le tiende la mano y ella la acepta.

-Yo soy Christhian. Llámame Chris.-y le sonríe. Con su perfecta y asquerosa sonrisa.

No entiendo nada.Es simpático con Dani. ¿Por qué conmigo es un subnormal?
Entonces, todo cobra sentido... olvidaba que Daniela es Daniela. Una muñeca perfecta.
Cristal y yo entramos al comedor, donde está todo el mundo sentado en mesas aleatorias con sus amigos.
O eso, o están preparándose para ir a clase. También con sus amigos.
Y me alegro de que Cristal esté conmigo ahora.

-¿Qué quieres desayunar?-me pregunta.-Hay cereales, fruta, bollería de toda clase, o bien puedes comerte una tostada.
-Creo que me comeré una manzana.-contesto.-Si hay, claro.-añado.
-¿Verde, amarilla o roja?
-Verde.-ella sonríe.
-Voy a por ella y vuelvo, ¿vale?
-¿Tú has desayunado ya?
-Sí, hace un rato.
-Oh, vale.-contesto, y ella va a por mi mini-desayuno.

Durante el desayuno puedo ver a Daniela sentándose con Chris en una mesa apartada. Ella se come unos cereales, él sigue sonriendo.

-¿Puedo preguntarte algo?
-Sí, claro.-me contesta Cristal.

Me tomo unos segundos para pensar bien lo que le iba a preguntar.

-¿Por qué es así conmigo?
-No sé. A mi también me gustaría saberlo, créeme... ¿tanto te preocupa?
-No me ha sentado demasiado bien que se esté metiendo conmigo cuando no tiene motivos ni me conoce.
-Ya, bueno... pasa de él. Últimamente está irritante.

Le doy el último mordisco a la manzana.

-¿Nos vamos a clase?-pregunta ella.
-Supongo...

Ella se levanta y yo la sigo, tirando lo que queda de mi desayuno a la basura que hay en la entrada del comedor.
Sin mediar palabra nos adentramos en el interior del edificio escolar. Doblamos pasillos, esquinas y pasamos puertas hasta que encontramos el aula de idiomas.
Cristal está sumida en sus pensamientos y he de decir que me incomoda bastante ese silencio continuo.

-¿Preparada para Inglés?-le suelto sin pensar, intentando hacer la gracia. Ella tuerce una media sonrisa.
-Oh sí. No quepo en mi de la emoción.-se burla.
-Anda que yo... ¿el profesor es muy duro?
-Bleh... ni mucho ni poco. Digamos que es un poco tontito.
-¿Por?
-Deberías ver como mira a todas las chicas de clase. Aunque, de hecho, lo vas a comprobar.
-Menudo salido... ¿y como es que no decís nada?
-¿Para qué? Nos podemos sentar y no hacer nada.
-¿En serio?
-Bueno, solo a veces. La guarra de Kathlyn nos libra de algunas clases.
-No sé por qué no quiero saber el motivo...
-Si supieras las barbaridades que sueltan por ahí...

Quiero saberlas, pero me contengo para no preguntar. No quiero parecer una cotilla y menos sobre ese tema tan... asqueroso.
Cristal abre la puerta del aula y me deja pasar a mí primero.
La clase es normalita. Es más espaciosa que el aula de mi anterior instituto, eso sí. El suelo es de madera oscura y gruesa y las paredes blancas. Sólo están decoradas por unas pocas ventanas repartidas por ellas.
Los pupitres pueden ser ocupados por dos personas, y son de madera barnizada. Hay un encerado con una enorme pizarra negra y un escritorio para el profesor, que aún no ha llegado.
Ya hay gente repartida por la clase. Algunos están sentados en los pupitres, charlando. Otros haciendo los deberes que había mandado el profesor la clase anterior, y otros me miraban curiosos.

-Vamos, allí hay un sitio libre.

Cristal me acompaña a uno de los pupitres. Cuando veo que pretende sentarse a mi lado, me alarmo.

-Ahí debería sentarse Daniela...-musito, un poco apurada por negarle el sitio a mi lado.
-Tranquila, yo me siento con Chris. Me iba a sentar entre tanto empieza la clase.
-Ah, vale. Perdona.
-No te preocupes. Entiendo que te quieras sentar con ella, sois hermanas. Y nuevas.
-Ya. Gracias




Justo cuando el profesor se levanta de su silla y empieza a intentar poner orden en la clase, Daniela y Chris entran por la puerta, muy pegados y gastándose bromas entre ellos.
La rabia me inunda por dentro durante unos segundos. Y no se me pasa cuando Cristal se va y su lugar lo ocupa mi hermana. Sino todo lo contrario.
Me separo de Daniela todo lo que puedo, pues estoy herida. Aunque ella, como siempre, no se da cuenta de nada.
No me puedo creer que, sabiendo ella lo que pasó anoche, después de todo se ponga a ligar con él. No tiene pies ni cabeza.
Ya veo lo mucho que le importo. Gracias, Dani.
Continuará.