Capítulo 13

-Apuntad los deberes para el próximo día. Están todos en la pizarra.-anuncia la profesora.
Y por fin el timbre hace acto de presencia, anunciando el fin de la clase.
La clase se hace notar. Todos hablan de lo mucho que se han aburrido, se meten con el modelito que lleva hoy la profesora de Historia y se quejan de que haya mandado tantos deberes.

-Ahora vuelvo.-dice Daniela.

Y se levanta para ir a hablar con el grupito de Wendy y Trisha. Y eso que hasta hace unas horas las odiaba.
Yo me quedo sentada en mi sitio, guardando el libro y el cuaderno para luego sacar el libro de Alemán y otro de los muchos cuadernos.
Durante el cambio de clase me dedico a observar toda la clase.
En primera y segunda fila está el grupo de Wendy, Trisha, Ian y Lisbeth. Los empollones y pelotas de clase, quiero decir.
En tercera y cuarta están Elliot con su compañero, que creo que se llama Andreas. Ahora está Cristal sentada con una chica que creo que se llama Lessey, que habla con algunas de sus amigas.
La cuarta fila está repleta de chicos sentados con chicas. Creo recordar que alguno de esos chicos se llama Jake y una de esas chicas, no recuerdo cual, se llama Meer.
Y en la última fila, en el lado contrario al mío, está Chris en su pupitre compartido con Cristal.
Solo, totalmente solo. Dibuja con el lápiz, mira por la ventana. Mira a todo el mundo, a todo el mundo menos a mí.
Hasta ahora.
Me está mirando.
Siento unas ganas irremediables de apartarle la mirada, de ignorarle como si no existiera. Pero existe. Es un cabronazo, no puede dejar de existir. Me ha humillado, claro que existe.
Le aguanto la mirada hasta que él termina torciendo una media sonrisa. Odio su media sonrisa. No se la merece.
Tardo algo en comprender que esa media sonrisa no iba dirigida a mí. Tardo en darme cuenta de que mira a Daniela, que se acerca a él como si se conocieran de toda la vida.
En ese momento les odio. A ella por ser como es y a él por no poder tratarme igual que la trata a ella.
Pero todo eso acaba en cuanto entra por la puerta el que debe ser el profesor de Alemán, ya que todos ocupan sus sitios y se quedan en silencio.

~

Maldito examen de Geología. Parece que sólo han pasado cinco minutos desde el Lunes al Jueves por la tarde.
Eso me pasa por no haberme puesto a estudiar antes. Si es que no aprendo...

-Perdona...-me susurra alguien.

Alzo la cabeza y me encuentro con una chica de unos trece años.
Oh claro, es que estoy sentada en mitad de las escaleras.

-Lo siento.

Me disculpo apartándome de su camino y apoyando la espalda en la pared, dejando el espacio requerido para que la gente pueda pasar.
Vamos, Sam. Concéntrate un poco, ¿quieres?
Clasificación de los minerales: sulfuros, carbonatos, sulfatos... elementos nosequé... nativos. Elementos nativos, eso es... óxidos e... ¿hidrógeno? No puede ser hidrógeno. Suena como una patada en el culo.
Óxidos e... ¿hidroxilos? ¿hidroxenos? Hidróxidos. Soy imbécil. No me acuerdo de hidróxidos. Y todavía me faltan dos por lo menos...

-Como sigas apretando el libro de esa manera te lo vas a cargar.

Doy un salto al comprobar que Elliot está sentado a mi lado.

-¿Cuándo has llegado?-le pregunto.
-Ahora mismo.-contesta, sorprendido.
-Qué susto me has dado, ni me dí cuenta de que te habías sentado.-se ríe de mi.
-Soy algo silencioso. ¿Cómo llevas el examen?
-Si te digo que un hamster sacaría más nota que yo, ¿te lo crees?
-Anda, exagerada... si quieres te ayudo. He ido a ver mi nota hoy, y ¿sabes? He sacado un dos (en Alemania el dos equivale a un notable alto).-me cuenta, sonriente.
-Te suplico que me ayudes.-le digo, riéndome.

Elliot, pacientemente, ha ido explicándome el por qué cada uno de esos minerales tienen esos nombres y cómo puedo ingeniármelas para acordarme de todos ellos.
Yo he puesto toda mi atención en él y no es que fuera precisamente difícil escucharle y entenderle.
Con él no te aburres, hace que todo tenga un interés diferente. Es especial, nada parecido a lo que yo he visto antes.

-¿Mejor ahora?-me pregunta y yo asiento.

Cuando estoy a punto de darle las gracias por haber salvado mi vida académica, unos pasos por el edificio me sobresaltan.
Bill pasea por aquí con Chris al lado. No hablan, creo que tampoco tienen intención de hacerlo.
Bill me mira y me sonríe a modo de saludo. Yo le imito y espero una mirada por parte de Chris.
Y la verdad es que me mira. Bueno, eso creo. Me mira, pero como si observara a una piedra. Tengo serias dudas sobre si alguna vez se digna a mirarme realmente.

-Le odio.-doy un respingo considerable. Casi olvido que Elliot está a mi lado.
-¿A quién?-susurro sin mirarle para que ni Bill ni Chris sospechen.
-A él.
-¿A Chris?-él asiente, muy serio.-¿Por qué?
-Es un cabrón. Se porta de pena contigo.
-Me da igual. Paso de él.
-¿Qué tal?-Bill me sobresalta.
-¿Eh? Bien. Aquí, estudiando Geología.
-Es verdad, Cristal me dijo que tienes el examen mañana... ¿y cómo lo llevas?
-Bueno, tirando...

Entonces, pasa algo que me sorprende.
Chris se acerca a nosotros con paso dubitativo. Pero se acerca.
Desvío la mirada hacia mi libro de texto.

-Hola -saluda.

Alzo la mirada para sorprenderme al descubrir que se dirige a mí.
Dudo un poco antes de contestar:

-Eh... hola.

Chris sonríe. Me está sonriendo.
No me lo puedo creer.

-Bueno, deberíamos irnos y dejarte estudiar.-propone Bill, haciendo el amago de emprender el camino.-Mañana salimos, ¿no?
-Claro, supongo.-contesto, aún en estado de shock.
-Vámonos, Chris.
-Vete adelantando, ahora te alcanzo.-le responde.

Tardo unos segundos en comprender que se va a quedar aquí conmigo, sentado.
Bill se encoge de hombros y echa a andar, dejándonos completamente solos.
He estado a punto de gritarle que no me deje sola con él. Pero después sé que me sentiría ridícula, por eso me aguanto.
Nos quedamos en silencio durante unos incómodos e interminables segundos.

-Eh, bueno...-comienza él.-¿Qué haces?
-Estudiar, ¿no lo ves?
-Oye, si te vas a poner borde...
-Oh perdona. No recordaba que hablaba con Mister Simpatía, no te fastidia...
-Venía a disculparme.-me corta. Abro los ojos con impresión, pero me resisto a mirarle aún a la cara.
-¿En serio?-él asiente.-¿Y por qué? ¿Tienes sentimientos?
-Lo siento.-respiro hondo y creo que él también lo hace.-No quise hacerte llorar.
-No lloré.-es lo primero que me sale del alma. Chris pone los ojos en blanco.
-Si tú lo dices... bueno, sólo quería decirte eso.
-¿Eso significa que podemos ser amigos o algo parecido?-y me atrevo a mirarle a los ojos.

Chris desvía la mirada a otra parte, se toca el pelo con la mano y luego me mira, muy serio.

-No sé si podemos ser amigos.
-¿Sigo sin caerte bien?-él sonríe anchamente y creo que me va a dar un soponcio.
-Nunca me caíste mal.
-¿Entonces por qué fuiste tan...?
-Adelante, puedes decirme gilipollas tú también, no importa.-parece que va a echarse a reír en cualquier momento.
-Está bien -acabo sonriendo.-¿Entonces por qué fuiste tan gilipollas?
-Somos un poco diferentes, ¿no crees?
-Bueno, claro... es decir, tú eres alto, yo soy baja, tú eres un capullo, yo soy idiota...-él se echa a reír.
-No lo decía por eso.
-¿Entonces?
-Ya te lo explicaré. Técnicamente no somos tan amigos como para confiarte mis secretos. Dejémoslo en que tenemos unas personalidades un poco fuertes y bastante contrarias. Y además...
-¿Sí?
-Tienes alguna que otra amistad que no me hace demasiada gracia...

Instintivamente miro a mi lado.
Elliot no está aquí. ¿Cuándo se habrá ido?
Seguramente no le habrá gustado nada que Chris se acerque.

-Creo que a esa amistad tampoco le caes demasiado bien.
-No lo dudo. Así que, ¿tienes alguna idea para que podamos ser amigos?
-Intentaré que confíes en mí, por ahora.
-Claro...-sonríe un poco.-...no está mal para empezar, creo. Por ahora te voy a confiar algo.
-¿Si?
-Puedo ser muy gilipollas cuando esa amistad está a tu alrededor.


Continuará.