jueves, 1 de noviembre de 2012

Capítulo 4


Capítulo 4

-Bueno, chicas -se dirige a nosotras el director- ahora Ina os acompañará a vuestra habitación. Bienvenidas.
-Gracias...-contestamos las dos.
-Vamos, acompañadme.-indica Ina.

Ella sale por la enorme puerta, seguida por nosotras.
En los sofás de aquella especie de recepción, están aún sentados el chico que me había señalado y su amigo.
Ahora, en vez de mirarme a mí miran a Daniela, pero ella no se da cuenta.

-Vaya pivón...-escucho por primera vez su voz, y no puedo evitar darme la vuelta y preguntar:
-¿Cómo...?-él clava sus ojos azules en mí, burlones.
-No sabía que tú fueras el centro del mundo.-me espeta, y la pigmentación de mi piel va directamente a las mejillas.
-Perdona.
-Encima pide perdón...-se ríe.
-Gilipollas.
-Eh, tranquila, fiera... no te alteres.-se ríe de mi.

Yo me doy la vuelta furiosa con ese imbécil que me está sacando de mis cabales.

-¿Tienes nombre?-me grita.
-No.
-Yo me llamo Chris.


-¿Quién?

-¿Estás sorda? Yo.
-No, que quién te ha preguntado. Gilipollas...-le estoy cogiendo el gustillo a decir gilipollas, fíjate.
-¡Yo me llamo Tom, y no soy tan idiota como Chris!-dice su amigo.

El que debe de ser Tom se empieza a descojonar del tal Chris, y yo me voy con una media sonrisa de aquel recibidor, siguiendo a Dann y a Ina.
Mi hermana se retrasa un poco para darme alcance, y me pregunta:

-¿Con quién hablabas?
-Con nadie.
-Ya, claro... le has dicho gilipollas a alguien, no estoy sorda.-dice, sonriendo ampliamente.-No conocía tu faceta agresiva.
-Esque es... gilipollas.-repito.
-Ya, ya me quedó claro.-dice, riéndose de mí.-Pues eran monos los dos...
-¿Cuál de ellos?
-El gilipollas.-creo que ya es su nuevo mote.-Tiene una voz sexy, y está bueno. El de las rastas tampoco se queda atrás...-alza las cejas, risueña.




-Son gilipollas.-vuelvo a repetir, mientras subimos por unas escaleras.
-Vale, pero admite que están buenos, Sam.
-¿Ya estáis fichando a los chicos?-Ina se une a nuestra conversación.
-Hombre claro, tendremos que ir conociendo al ganado...-se ríe Daniela. Joder, malditas escaleras. No se acaban nunca.
-Esos dos eran Christhian Williams y Tom Kaulitz. Tom Kaulitz saca buenas notas, pero Chris acostumbra a no estudiar, aunque tiene un gran potencial... además de que suele ser así con todo el mundo, no se lo tengas en cuenta.-me explica.-Bueno, aquí estamos. Habitación 483.

Ina introduce una llave en la cerradura, y a los dos segundos, la abre.
No es nada del otro mundo, es como nuestra habitación de casa, solo que algo más grande.
Paredes blancas, suelo de parqué y un ventanal enorme acompañado de cortinas verdes.
Dos camas, una a la derecha y otra a la izquierda con sábanas blancas y colchas verde botella. Odio el verde botella.
Un escritorio enorme con un ordenador en una de las esquinas.

-¿Tenemos internet?-pregunto, sabiendo que eso no ayudaría a mejorar mis estudios.
-Sólo los fines de semana.-contesta Ina.
-Ah, está bien.-digo, algo más aliviada.
-Al fondo de la habitación tenéis vuestro propio baño con ducha, lavabo y WC, claro. En los armarios del baño están las toallas y sábanas limpias para las camas.
-Bua, ¡la habitación es enorme!-exclama Daniela, abriendo la puerta de una especie de armario.
-Eso es el armario empotrado, tenéis espacio para toda vuestra ropa. Las maletas las podéis colocar bajo las camas o donde queráis.

-¿Vamos a que os enseñe el resto antes de ir a almorzar?-propone Ina.
-¿Almorzar? ¿Ya? ¿Qué hora es?-formulo.
-Las 12 y media. Dadme un folio para que os apunte los horarios de las comidas, porque durante los fines de semana cambian.

Daniela coge un folio del escritorio, y uno de los bolis y se lo da a Ina.
Se apoya en la mesa y empieza a hacer una tabla.

~Lunes a Viernes.- Desayuno 06:00 a.m-07:00 a.m | Almuerzo 13:00 p.m - 14:30 p.m | Merienda* 15:00 p.m - 16:30 p.m | Cena 18:30 p.m - 21:00 p.m

~Sábados y Domingos.- Desayuno 07:00 a.m - 09:30 a.m | Almuerzo 12:30 p.m - 14:30 p.m | Merienda* 15:30 p.m - 17:00 p.m | Cena 19:30 p.m - 21:30 p.m

Deja el boli encima del papel y nos vuelve a mirar.

-¿Vamos?-repite, y nosotras asentimos.-Por cierto, tomad vuestras llaves. Hay una para cada una, después no os acompañaré hasta aquí otra vez, claro está.-se ríe suavemente.

Sonrío y ella nos entrega las llaves, que guardamos en nuestros bolsillos delanteros del pantalón.
Ina nos muestra los laboratorios de Biología y Química, nuestra aula común, es decir, el aula de octavo grado, el aula de dibujo, de música, la piscina climatizada, el gimnasio, el comedor y un salón enorme en el que suelen celebrar fiestas.
Es una pasada todo esto.

-Intentad estar en vuestra habitación después de comer para que os lleve vuestro uniforme, los libros y los horarios, ¿vale?-pide Ina. Nosotras asentimos, y ella se despide con la mano.

Dann y yo nos sentamos en uno de los lujosos sofás, reventadas de tanto andar.

-Pues no está tan mal...-opina Dani.
-No, la verdad es que no.
-¿Salimos esta noche?-me pregunta.
-Yo no.-me niego.-Estoy cansada y además, ¡no conocemos a nadie!
-Tú sí.
-Yo a esos no los conozco, ni quiero. Son idiotas.
-Pues a mí me gustaría hablar con ellos.
-Pues ala, ve a buscarlos.-me encojo de hombros.
-Qué sosa eres...
-No me caen bien.-explico.
-¡Hola!-gritan de pronto, sobresaltándonos.

Frente a nosotras se alzaban tres chicas, dos rubias y una morena.
Daniela se cruza de brazos, inspeccionándolas.

-Hola.-contesto yo por las dos.
-Soy Wendy.-se presenta, con entusiasmo.
-Como la de Peter Pan.-se burla mi hermana.

La chica rubia, Wendy, sonríe, algo incómoda.
Le doy un codazo a mi hermana y le tiendo la mano a la chica.

-Yo soy Sam.-me presento.-Y ella es mi hermana, Daniela.
-¿Sam? ¿No es un nombre de chico?-pregunta Wendy, sonriendo burlonamente a sus acompañantes. La otra rubia sonríe, la morena la mira como si fuera idiota.
-Es de Samantha...-explico, un poco molesta.
-Oh claro, perdona.-se disculpa falsamente.-Ella -señala a la otra rubia- es Trisha.
-Qué nombre tan feo.-espeta Dann.
-¡Dani...!-le grito.
-¿Qué? Es verdad, coño.-se encoge de hombros. Entonces, Dann señala con la cabeza a la chica de atrás.-¿Ella no tiene nombre?
-¿Cómo?-Wendy se percata de la presencia de la chica morena.-Ah, sí. Ella es Cristal. Y sé lo que estás pensando -confidencia con mi hermana, sonriendo tontamente- el nombre es horrible.
-No es feo...-niego, pero las rubias me ignoran. Sólo tienen ojos para Daniela, para variar.
-Qué simpática eres, maja...-Dann pone los ojos en blanco.-Pobre Cristal.
-Sí, pobre yo.-concuerda Cristal, que aún no había hablado.
-¿No tenéis hambre?-pregunto en general.
-Yo sí, bastante.-contesta Dani.
-Y yo.

Cristal se abre paso entre las dos rubias, poniéndose a mi lado.
Ésta chica tiene algo extraño... no sé si es por la expresión de su cara o por el aspecto tan calmado que muestra.
Entonces, me fijo algo más en ella.
Tiene el pelo castaño oscuro, ojos grandes y azules, la cara muy fina. Es más o menos igual de alta que yo, creo. También es bastante delgada.
Vistiendo es algo rara. Tiene puesta una camiseta larga blanca muy ancha que deja al descubierto su ropa interior y debajo solo unas medias de rejilla. En los pies unas converse blancas.
Entonces, Cristal me mira y tuerce una media sonrisa extraña. Extraña, como ella.




-Yo me he comido antes mis barritas energéticas.-dice Wendy, sonriendo con cierto orgullo.

Dani me mira con los ojos como platos y señalando a Wendy con la cabeza.

-¡Está totalmente ida!-suelta, levantándose del sofá y esperándome para ir al comedor.

Wendy comienza a reírse falsamente, y a mi me dan más ganas aún de potar.
Me levanto del sofá, y cuando voy a seguirlas me giro y veo a Cristal mirando por la ventana.

-¿No vienes?-le pregunto.
-Tengo el estómago cerrado.-me contesta, sin mirarme.
-Y yo...-concuerdo.

Entonces, me mira, con su media sonrisa extraña.

-Pero te acompañaré, si es lo que quieres.-me propone.
-Claro...-asiento.

Cristal se sitúa a mi lado y vamos andando hacia el comedor, sin hablar.
El comedor es grande, espacioso y rústico, como el resto del internado.
Hay un montón de mesas que podrían ocupar hasta diez personas, e incluso más, repartidas por toda la estancia. A la derecha hay una cola de gente esperando a coger su comida.

-Vamos, no te quedes ahí parada.-me anima Cristal, haciendo que la siguiera.

Camino junto a Cristal hasta situarnos en la cola de la comida, pero me acabo dando cuenta de que he perdido a Daniela de vista.

Continuará.

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