viernes, 12 de julio de 2013

Capítulo 35

Narra Sam


“Respira hondo, Sam. Tranquilízate, ve a por ella y párala. Si no la paras ahora le dará un ataque de ansiedad.”


Mis piernas echan a andar mecánicamente, llevándome a mí con ellas.
Alzo un brazo tembloroso y, con mi mano derecha, agarro la mano de Daniela, que está autolesionándose bruscamente.
Me trago las lágrimas y el nudo en la garganta a la fuerza cuando mi hermana se opone a dejar de hacerse daño, a dejar de arañarse, golpearse e insultarse a sí misma frente al espejo del baño.


-Daniela, para ya. Por favor, estás preciosa.
-¡¡¡Parezco una puta foca!!!-grita con fuerza, con lágrimas desbordándose por sus mejillas.
-No, no lo pareces. Estás muy guapa.-susurro, agarrándola e inmovilizándola con fuerza.


Odio esto. No puedo soportar ver a mi hermana haciéndose este daño, no soporto estos episodios de locura y de rabia... pero lo hago.


-¡¡Suéltame!! ¡¡Déjame en paz!!-aúlla, revolviéndose entre mis brazos, incluso pegándome.-¡¡¡Lo estás haciendo a posta!!! ¡¡¡Sabes que este vestido me queda horrible y quieres que aún así lo lleve!!! ¡¡Lo haces a posta!!
-Dani, por favor...


Aún así no la suelto. La sujeto con todas mis fuerzas, aguantando cada codazo en las costillas, cada arañazo, cada patada y cada palabra hiriente.
Se ve como una foca cuando el vestido ni siquiera se pega a su cuerpo, cuando el escote redondeado del vestido le cae hacia delante por no tener ninguna sustentación a la que agarrarse, cuando las tiras de los hombros se le caen...


-¡¡¡Has escogido el vestido que me hace parecer más gorda, ¿verdad?!!! ¡¡Sólo quieres hundirme!! ¡¡Mírame!! ¡¡¡Todo esto es por tu culpa!!!


Aparto a Daniela de un empujón tan brusco que incluso pierde el equilibrio y está a punto de caer de bruces al suelo.
Camino hasta posicionarme junto al espejo de cuerpo entero que hemos sacado del baño y lo señalo con el dedo índice, tan tembloroso que incluso me asusto por un momento.


-¿Es esto lo que te hace daño, Daniela?


Y sin dejarle responder empujo con fuerza el espejo, que cae hacia la derecha con estrépito y, cuando entra en contacto con el suelo, el mercurio se rompe en mil añicos.
Daniela se tapa los oídos por el ruido que provoca la rotura del espejo y me mira, incrédula, con los ojos irritados y llenos de lágrimas.
Tras eso nos quedamos un buen rato en silencio. Dejamos que cada una se recupere de este episodio de ansiedad tan terrible y tan usual.


-Daniela, estás muy guapa con el vestido. Te lo digo yo, que soy tu hermana. El espejo para mí, y a partir de ahora para ti, ha perdido toda credibilidad. Se acabó. Es tu vestido preferido, siempre lo ha sido, porque te queda genial. Así que para de una vez y tranquilízate.


Daniela sigue mirándome sin comprender nada, aunque parece que, al menos, ha logrado tranquilizarse un mínimo.
Respiro muy hondo, hasta que me duele el pecho. Esbozo una sonrisa tirante y dolorosa mientras me acerco a ella y le tiendo la mano para ayudarle a levantarse. Aunque la sonrisa me flaquea constantemente, consigo que Daniela no vea lo agotada y destrozada que estoy física y emocionalmente. Dani alza la mano, temblorosa, y agarra la mía. De un tirón logro ayudarle a ponerse en pie.
Mi hermana me mira a la cara brevemente varias veces, secándose las lágrimas con el dorso de la mano. Mientras tanto yo hago como que no me doy cuenta y me entretengo arreglándole el vestido, que se ha arrugado un poco y que está mal puesto.


-En cuanto te maquilles y te arregles un poco el pelo estarás impresionante.-musito, sin mirarle a los ojos.


Daniela no responde, sino que desvía la mirada hacia la ventana de la habitación, llena de vaho por la tarde húmeda que se cierne hoy sobre Hamburgo.


-¿Vas a ir con Bill?
-Sí.
-Hacéis una pareja preciosa.


Ella no responde, pero siempre que pronuncio el nombre de él, se relaja considerablemente.
Sin embargo, lo que me da pavor es el momento en el que ambos se separen, ya que Daniela pasará las vacaciones de Navidad y, prácticamente, el resto del curso en una clínica especializada.
Una tristeza inmensa me envuelve. Aunque me duele reconocerlo, sé que Daniela confía y se apoya en Bill más que en mí, al igual que él.
Parpadeo varias veces para contener las lágrimas y vuelvo a sonreírle. Mi hermana aún sigue sin mirarme, por lo que yo la dejo tranquila y comienzo a recoger todo el estropicio del espejo.
Cojo los trozos de mercurio con la punta de los dedos, con cuidado para no cortarme, y los voy depositando en la papelera de nuestra habitación. Para mi sorpresa, Daniela se pone de rodillas en el suelo y me ayuda a limpiar.


-¿Y tú? ¿Con quién vas a ir?


Se me encoge el corazón.


-Yo no voy a ir, Dani.-susurro.
-¿Qué? ¿Por qué?
-No me apetece.
-¿Es por Chris?


Pues claro que es por él. Porque le echo de menos, le necesito y desde el primer día en el que anunciaron la fiesta me imaginé cómo sería ir con él. Imaginé qué vestido llevaría, qué maquillaje y qué peinado intentaría hacerme.
Y, para más inri, no logro comprender cómo pueden ser tan insensibles. No entiendo cómo pueden ir a una fiesta a la que un alumno, debido a problemas cardíacos, no puede asistir. Parece que es a mí a la única que le parece algo impensable e ilógico, a la par que doloroso.
Daniela, al ver que no respondo, se queda en silencio, pensando en qué decir.


-Yo no quiero ir sin ti.-dice, mirándome a la cara por primera vez desde que ha ocurrido lo del espejo.
-No vas a estar sola, Bill y los demás te acompañarán y lo pasaréis genial.
-Los demás quieren que vayas tú. Seguro que me cambiarían a mí por ti sin dudarlo.
-Daniela, deja de decir esas cosas. Es una buena oportunidad para que os conozcáis todos de una vez y para que os llevéis bien.
-Pero yo quería ir contigo. Me sentiré fatal si tú no estás... sobre todo cuando Bill tenga que subir al escenario. Estoy muy nerviosa por eso... ¿y si no sale bien? ¿Y si intentan hacerle daño otra vez?
-Lo hacen genial. Habría que ser estúpido para no apreciar su música, independientemente de dónde proceda.
-Sam, todos son estúpidos. Les da igual, sólo quieren hacer sufrir a Bill... y a mí también. Y no quiero que lo pase mal, no se lo merece.


Se me llenan los ojos de lágrimas. Es increíble cómo Daniela ha cambiado en tan poco tiempo. Por primera vez no piensa en ella, piensa en Bill. Sufre, empatiza, reflexiona.


-Por favor, ven conmigo.-suplica, con los ojos llenos de lágrimas y con un ligero temblor en el labio inferior.
-Dani... me sentiría fatal por Chris...
-Estoy segura de que él se sentiría aún peor si se enterara de que no has ido a la fiesta porque él no ha podido ir...


Dos toques en la puerta interrumpen nuestra conversación. Las dos giramos la cabeza en esa dirección, extrañadas.
-¿Es Bill?-le pregunto, mientras me pongo en pie.
-No lo creo. Tenía que terminar de ensayar, ducharse y arreglarse.-responde, poniéndose en pie también.


Me acerco lentamente a la puerta. Mi mano agarra el pomo, lo gira y abre la puerta.
Y ahí está. Con esos ojos azules que conozco tan bien...


-Cristal...-susurro.


Ella sonríe anchamente y se apresura a abrazarme antes de que pudiera darme cuenta de que me había echado a llorar.


-Venga, Sam... que no ha pasado tanto tiempo...-dice, abrazándome con fuerza, intentando tranquilizarme.
-¿Y él...?
-Está bien.
-Pero...
-No creo que pueda venir, Sam...
-Pero...
-Te he traído algo.-susurra.


Se separa de mí lentamente, mientras yo aprovecho para secarme las lágrimas y respirar asiduamente.
Cristal rebusca en sus bolsillos, pero va echando un ojo a la habitación. Cuando se topa con Daniela, sonríe:


-Estás muy guapa, Daniela.


Puedo notar el grado de estupefacción de mi hermana.


-Gra...cias...-susurra.
-¿Qué le ha pasado al espejo?-pregunta Cristal, observando los trozos de mercurio que aún siguen tirados en el suelo.
-Se ha caído sin querer.-miento con toda la tranquilidad del mundo.


Cristal alza las cejas, sorprendida.
Por fin encuentra lo que andaba buscando en el dichoso bolsillo. Saca un pequeño papel doblado por la mitad y me lo tiende.
La miro a los ojos, sin comprender muy bien lo que pasa. Ella sonríe y espera a que yo lo desdoble y vea su contenido. Es un número de teléfono.
Mis ojos se clavan en los de Cristal con desesperación, y el corazón me bombea con más fuerza cuando asiente y dice:


-Ya está bien. No pienso que sea bueno que no podáis ni hablar. Él no sabe nada, se llevará una gran sorpresa. Corre.


Trago saliva. Quiero agradecérselo en el alma, pero no me sale ni una sola palabra.
Corro hacia la mesilla de noche, en cuyo cajón está mi teléfono móvil, y, antes de salir por la puerta, abrazo a Cristal con todas mis fuerzas.


-Me la pienso cobrar. Te he encontrado un vestido increíble que te pondrás esta noche.
-Lo que tú quieras.-musito antes de cerrar la puerta tras de mí.


Corro por el pasillo hasta encontrarme con las escaleras que llevan al piso de abajo. Recorro todos los pisos hasta llegar al hall y, de ahí, al jardín.
El frío húmedo de Diciembre toca mi cara con poca delicadeza, provocándome un pequeño escalofrío. Sin embargo, soy incapaz de sentir frío, estoy demasiado acelerada, demasiado emocionada, demasiado nerviosa.
Me siento en uno de los bancos de madera que encuentro y, ahí, respiro hondo. El pequeño papel y el móvil me tiemblan en las manos con violencia y la garganta, reseca, me pica.
Empiezo a marcar los números en las teclas del móvil, y cuando lo completo, lo llevo al oído.  Por cada pitido, mis ojos van acumulando más lágrimas.


-¿Sí?


Su voz, después de tanto tiempo, me choca como un bloque de cemento. Está ronca, desganada y muy baja.
Llevo una mano a mi garganta, incapaz de emitir sonido alguno.


-¿Hola? ¿Quién es?
-... Hola...


Silencio. Encojo mis rodillas, pegándolas al pecho, y voy limpiando las lágrimas con el puño de mi jersey.


-¿Sam? ¿Eres tú?-dice, con voz entrecortada, aunque más subida de volumen.
-Sí...
-Sam...
-Hola...
-Hola...


El fino hilo de contención se rompe en un santiamén. En seguida me echo a llorar como una niña pequeña.


-No llores, por favor. Perdona por haberte asustado.-dice.-Tengo muchas ganas de verte.
-Te echo de menos...-sollozo.
-Yo también. Pronto nos veremos, de verdad. Ya estoy mucho mejor.
-Ojalá estuvieras aquí hoy...
-Lo siento. Siento de verdad no estar allí, seguro que estarás guapísima esta noche.
-No pienso ir sin ti.
-No digas eso. Ve tú por mí y pásalo bien. Confío en que lo harás.
-Pero yo quiero ir contigo...
-Y yo contigo, Sam. Pero... lo siento.


Suspiro pesadamente, aún con la respiración agitada por el llanto.


-Vuelve pronto, esto es una mierda desde que tú no estás...
-Esto sí que es una mierda, y sin ti aún más.
-Ojalá hubiera podido ir a verte.
-Sí, yo también lo pienso... pero quizás hayan hecho bien al no permitirte venir, he estado muy mal y no querría que me vieras así...
-¿Estás bien, Chris? Y dime la verdad, por favor.-él suspira.
-Claro. Estoy muy bien, de verdad. Sólo fue un susto.


Un pitido irritante hace que separe el teléfono de mi oído. Mierda, la batería.
Me seco las lágrimas y respiro hondo.


-Chris, tengo que colgar. Me estoy quedando sin batería en el móvil.
-Vale. Pásalo bien esta noche, por favor.
-Lo dudo, pero gracias.
-Te quiero... te quiero mucho, Sam. No lo olvides.
-Yo también te quiero.-susurro, apretando los labios en una fina línea.
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero...


Y se corta la llamada. El móvil se ha apagado.
Cierro los ojos con fuerza y dejo caer el teléfono al césped.
Maldita noche me espera...


Como todas en las que él no está conmigo.

Continuará.

2 comentarios:

  1. awwww que lindo maldita sea por que se acabo la bateria por que
    me hizo llorar en serio -sigo llorando- T_T
    bueno espero que subas la proxima
    sube pronto bye cuidate mucho besos y abrazos

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  2. genial como siempre el cap!!
    Santa Cristal ajjaja le falta el coro de angeles nomas cuando abrio el papel jajaja
    yo tambien maldeci esa fucking bateria jaja es que no te podes terminar en un momento como ese!!
    Lo de Daniela cada vez preocupa mas, Sam no lo va a poder seguir aguantando por mucho tiempo aunque ya se va ir a esa clinica cosa que no se si la va a hacer peor ya que va a estar separada de Bill
    Bueno espero que la puedas seguir pronto!! :D
    Bye y Cuidate!! Bss :)

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